domingo, 14 de septiembre de 2014

PMP. Pasatiempos infantiles.

Hay muchas personas para las que los pasatiempos significan un entretenimiento para rellenar sus momentos de ocio más o menos extensos. Podemos ver personas resolviendo pasatiempos en las playas y piscinas, pero también mientras se espera un autobús o un tren, en la consulta de un médico o incluso mientras se desayuna en el bar. 

Sin embargo, hay otro grupo de personas para las que, además de lo anterior, los pasatiempos representan un recurso para trabajar en el aula, en nuestro caso en la clase de matemáticas. Desde el momento en que comenzamos a coleccionar pasatiempos útiles para el aula, hemos intentado recoger todos aquellos en los que se podían aplicar algunos de los heurísticos aplicables en la resolución de problemas, independientemente del nivel que mostraran y de que nos pudieran servir o no directamente en nuestros cursos concretos. Por eso, hemos almacenado y organizado muchos pasatiempos infantiles que, aunque pueden estar muy por debajo del nivel en el que trabajábamos, pudieran servir para los compañeros que impartían docencia en niveles más bajos.

Desgraciadamente, en la actualidad no es posible encontrar en los diarios, al menos los de tirada nacional, pasatiempos dirigidos a niños más o menos pequeños. En las anteriores décadas si era posible siempre encontrar una parte infantil, en los diarios de fin de semana, que permitía fomentar la curiosidad, potenciar la memoria, preparar para la resolución de problemas, etc..

Entre los pasatiempos infantiles se potencia, sobretodo, la visualización y la capacidad de observación. Ya que no se cuenta con las herramientas de cálculo de cursos superiores, el planteamiento del problema debe ser mucho más visual.

Vamos a presentar hoy tres ejemplos dirigidos para los alumnos más pequeños. Los tres están sacados de la revista dominical del desaparecido Diario 16 del 3 de julio de 1988, correspondientes a la sección infantil cuya autoría se adjudicaba a Ángel Navas.


En este primero no es necesario saber contar para resolverlo, pues como los frutos están siempre colocados en el mismo sitio, basta comparar dos imágenes y ver cuál tiene algún punto que no estaba en la otra.


En el segundo basta tener claro la imagen que se quiere encontrar y bastaría ir comparando y, por ejemplo, colorar un punto de color sobre la cabeza de la figura que no sirviera, y de esa manera se podían ir descartando. También es necesario girar el dibujo para localizar mejor la pieza.


En el último caso basta comenzar por un pico determinado e ir comprobando los que siguen. En éste hay que forzar la visión para localizarlo. En niños pequeños que tengan dificultad para la visión espacial, se podría dejar que recortaran las piezas y las probaran.

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